Una vez tomamos tierra me percaté que junto a ella esperaba un grupo de indígenas kuna con unos sacos de arpilla blanca cargados con una mercancía que desconocía. Resultaron ser decenas de langostas, centollos y pulpos que los kuna habían pescado durante esa jornada e iban a vender al aeropescatero. Más aún si tenemos en cuenta que ambas puertas de la avioneta no cerraban. A medio camino mientras sobrevolábamos el archipiélago paralelos a la costa admirando una vista panorámica impresionante, el piloto viró hacia la derecha, camiseta de portugal mundial 2022 trazó un círculo perfecto y enfiló en picado el descenso hacia una «pista de aterrizaje» que apareció en medio de la selva y terminaba su rastro junto al mar.