La cuestión sobre los costes de producción en la moda es una conversación que se ha ido popularizando poco a poco, al mismo tiempo que las redes sociales iban cambiando las reglas del juego: no es ningún secreto que su inclusión en la vida diaria y la tendencia hacia la horizontalidad y supresión de intermediarios comunicativos abrió cortinas y puertas para dejar ver, al menos un poco más, la trastienda de las firmas.