La calidad de la media de las prendas que compramos es otra historia, y la deslocalización de la producción crea probablemente más pobreza en el tercer mundo de la que soluciona en el primero. Viaje de autobús. Otra colaboradora recuerda perfectamente que hacia el año ’88 el viaje suelto valía 65 «pelas» (0,39 €) y el bonobús (diez viajes, y si no sabías esto eres demasiado joven para caernos bien) eran solamente 315 pesetas, menos de dos euros.