Donde los personajes crípticos rompen con el tono del libro -hasta ahora los conocías o podías intuir de dónde los había sacado Aloma-, con sus máscaras y su vocalización llena de hilillos de fábula. Ese es el caldo de cultivo en el que germinan las semillas del odio. 160 millones que ha dejado Messi en nuestras arcas. Las ideologías cimientan los principios que consideramos «éticos» en nuestra conducta.