Se trata de una versión ligera del ajedrez en el que los jugadores colaboran para completar sucesos clave y para encontrar y devolver a su lugar los objetos perdidos. Es ahora el Atlético quien guarda la pelota, la amasa de la lado a lado hasta que la pilla Carrasco, con desparpaje, sin complejos. Las bandas han sido una de las principales armas a la ofensiva de la Máquina y el desgate de los laterales rivales comienza a notarse.