Lo quieren disfrazar con múltiples eufemismos, se han redactado diversos reglamentos y protocolos y, por supuesto, las justificaciones las hay de todo tipo, pero la realidad es que ser hoy aficionado al fútbol en España es ejercicio de riesgo y en el fondo una pérdida de tiempo. Es posible que haya perreras o protectoras en España en las que procedan así, pero ya os digo yo que no es lo habitual para que no os llevéis un chasco cuando piséis una.