Pocas sonrisas, frases incisivas, hacerle el aguante a Aloma Rodríguez es más fácil en libro que en persona. Bueno, gran jugador en una época en la que los jugadores no hacían fortuna. Es posible que alguna vez se equivoquen y nieguen una adopción que podría haber salido bien, pero no imagináis lo que los trabajadores y voluntarios de las protectoras han visto, lo que saben.